– ¿Qué más podría no pasarme? –

¿Qué más podría no pasarme? No me invitaron a la fiesta, aquélla en la que te besaron. No fui yo, por tanto, quien lo hizo, tampoco el que te llama constantemente sin temor a una mala respuesta. En contrapartida, no soy yo quien recibe tus llamadas, ni quien te llevó al cine y luego a cenar. No fui yo quien te dejó en las escaleras de casa.

¿Qué más podría no pasarme? Nadie vino a visitarme en el parque, nadie se acercó por curiosidad cuando me vieron allí tirado. No pasará la muerte acechando, ni siquiera el dolor me visita. Parece que viviré para siempre como estoy viviendo ahora, viviré con vuestra indiferencia y no habrá manera de terminar con ello. ¿Quién quiere la eternidad, entonces?

Una respuesta

  1. En mundos paralelos no hay intersección… buscando la perpendicular?

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